domingo, 11 de noviembre de 2007

Filosofía: Capitalismo - Tecnología: Spam


El capitalismo nos persigue a donde vayamos, son víctimas de él todo aquel que ose llevar encima unos pesos para subsistir.
Recuerdo hace unos años un viaje a Misiones con mi familia y una excursión en particular. Luego del agotador y caluroso viaje (sospecho que la compañía de turismo nunca supo acerca de la gran invención del siglo: El aire acondicionado) bajé del micro pudiendo hacer apenas unos metros antes de que una marea humana, empapada ésta de sudor, arremetiera contra mí y las demás personas del contingente alzando los brazos y hablando todos al mismo tiempo.
No supe lo que querían hasta que un niño literalmente se colgó de mi brazo para alcanzar con su vocecita a mi oído, él dijo: “¡Señor! ¡Señor!... ¿Me compra una gorra?” y acercó a mi rostro un puñado de sus productos.
Ya el guía antes de llegar nos había advertido sobre lo molesto que podía llegar a ser ese “exceso de oferta” como él atinó a definir.
Esa noche, en el salón comedor del hotel, una señora que cenaba en nuestra mesa hizo referencia a la excursión a Ciudad del Este en Paraguay, dijo muy inocente: “Yo me compré un colador de salmuera para sacar aceitunas de un frasco, no sabía que existía eso, una maravilla”. “Lo que es la Ciencia” dije casi entre dientes para ironizar el comentario.
También está el subte, que en cada estación un vendedor sube con productos tan inútiles como sorprendentes, donde podemos encontrar excelentes e innovadores dispositivos de protección para identificaciones y cédulas personales, también llamados “portadocumento” o lapiceras con puntero laser y chocolates vencidos.
Quién no ha recibido un llamado de la compañía de teléfonos ofreciendo un plan especial por ser clientes selectos y cumplidores, esas son la clase de ofertas que no sirve rechazar porque al día siguiente llamarán de nuevo, y otra vez pasado otro día hasta que nuestra paciencia se enerva aceptando la propuesta o gritando a la operadora (hayamos o no accedido al mes siguiente se impone el gasto nuevo por “un error en el sistema”… me pregunto por qué el sistema nunca comete un error a favor del usuario).
Y cuando todo parece ser paz, a la noche en nuestras casas y frente a un monitor donde decidimos pasar un rato el tiempo leyendo en Internet datos curiosos como que la Luna es propiedad del pueblo chileno, es que se nos ocurre revisar la casilla de mail…
Y usted, amigo lector, pensará que ha sido una larga e innecesaria introducción para tocar el tema del correo Spam y, déjeme decirle… tiene razón… pero es que tal vez haya servido para ilustrar mi punto.
No hay leyes contra el Spam, no porque el problema esté relacionado a la tecnología, sino porque es una de las mil formas en las que se puede vender algo a alguien, no seamos caprichosos ni subjetivos en esto, nosotros elegimos esta forma de vida, hablo del capitalismo. Y más de uno ha intentado promocionar algo en su vida, no importa el medio.
Lo que realmente se discute aquí es el derecho cruzado, la clásica frase que nos repitieron los profesores de instrucción cívica en la secundaria: “Nuestros derechos terminan donde comienzan los de los demás”. Quiero decir, no es la molestia de leer un correo que refiere a un producto que no queremos comprar, sino el costo que nos genera el hacerlo (como por ejemplo el tiempo que demora en descargar el mail desde el servidor).
Aquí el Spamer tiene todo el derecho de hacer conocer sus ideas y sus productos, cualquiera sea el medio utilizado, en tanto y en cuanto NO viole los derechos de los demás. Claro que sí lo hace y entonces la disyuntiva surge… no debemos pensar en elaborar una ley para evitar que el comerciante se promocione (aún si existiera dicha ley es virtualmente imposible encontrar al remitente del correo), sí deberíamos acertar en un método que impida la llegada de ese mensaje al que consideramos inútil a nuestras casillas (para esto existen varios productos, a la venta y libres).
Bien, hasta aquí mi opinión… ahora debo irme, me voy de shopping.




domingo, 7 de octubre de 2007

L a evolución… (Aunque la banana, sigue electrificada)


Creo que una de las características más importantes del ser humano es la capacidad de evolucionar en vida, es decir, sin necesidad de millones de años para que la naturaleza haga lo suyo. A esto nosotros le llamamos “costumbre”, algo que, sin duda alguna, a veces es evolución para mal.
Hace algún tiempo mi amigo y némesis informático Martín me regaló un CD de Ubuntu, la tan popular distribución de Linux. Quizás con la esperanza de “evangelizarme” y sumarme a su cruzada anti monopólica contra Microsoft.
El CD pasó algunos días como posa-vaso-cenicero cerca de mi PC, cada tanto booteaba desde él para ver de qué me estaba perdiendo. Una de esas tantas veces en que decidí colocar mi taza de café sobre el virgen buró e internarme en el kernell de Linux, después de todo podía ser que eso me ayude a evolucionar en mis conocimientos informáticos, quiero decir, “Linux es evolución, no diseño”… Descubrí algunas cosas interesantes por lo que finalmente le di el gusto a mi amigo e instalé como nativo el tan novedoso Sistema Operativo, aquí algunas cosas dignas de mención a través del tiempo:

DÍA UBUNTU 1
· Tengo una conexión de Internet de banda ancha compartida, el modem se encuentra conectado a una PC con Windows XP y, aun así, no necesité configurar absolutamente nada para que funcione la conexión (sí tuve que hacer algunos arreglos para poder compartir otros recursos)
· Desde lo que vendría a ser el “Agregar o quitar programas” de Windows, descubrí esta fascinante herramienta mediante la cual busca en Internet aplicaciones de libre licencia que cumplan con el texto buscado. Desde juegos, aplicaciones de audio-video, herramientas de oficina hasta útiles para desarrolladores, todo parecía estar allí.
· Muchas de las aplicaciones más comunes que corren bajo Windows pueden encontrarse “Clonadas” en versiones GNU, aplicaciones como “Photoshop” o “After Effects” de Adobe.
· El primer día tuve un problemita con mi placa de video ASUS Extreme N6600con chip de Nvidia, fue solucionado luego de una charla con un gnomo mágico que me guió paso a paso por la aplicación “Clon” al Messenger… luego de instalar el driver para Linux de esa placa (al menos creo haberlo instalado), bastó con un comando en la Terminal para entrar a la ventana de configuración de resoluciones y colores desde donde pude settear una resolución acorde a mi monitor… por cierto, el gnomo también es conocido como el Gurú del GNU, Martín.

DÍA UBUNTU 2
· Descubro que el Gimp, programa GNU equivalente al Photoshop, es realmente muy bueno, pueden extrañarse algunas funciones muy útiles de la aplicación de Adobe, pero nada que sea imprescindible.
· Antes de instalar Ubuntu hice algunos buck up de archivos importantes en DVD, lo extraño es que cuando quise recuperar estos datos, Ubuntu no era capaz de leer los DVD’s que tuvieran archivos de tamaño superior a 2Gb… bueno, aquí busqué la manera de resolver el problema, pero finalmente resolví utilizar la otra PC de escritorio que tengo en mi casa para este menester.
· Descubrí que el cambio en la configuración de la placa de video hecho el día anterior no se guardan, con lo cual toda vez que reiniciaba el sistema debía entrar a la terminal para ejecutar el comando y volver a setear las propiedades de pantalla.
· Extrañando también mi tan apreciado programa de edición de video “After Effects”, busqué un clon para este tipo de aplicaciones… el único que encontré (cuyo nombre no recuerdo), lo conseguí en el sitio más popular de descarga de aplicaciones GNU, allí descargué el archivo. Luego de varias horas… logré instalarlo… al cabo de otra hora más pude ejecutarlo (cabe aclarar que la única manera de ejecutar la aplicación era desde la terminal, lo verifiqué entrando a la página del desarrollador)… Una vez instalado y ejecutado descubrí que esta aplicación (realmente lamento mucho no recordar el nombre… quizás mi mente decidió eliminar esa información por ser nociva a mi stress) no se compara en nada al After Effects, no solo que no se parecía sino que el manual de uso parecía más el de cómo pilotear un avión caza Ruso que el de una aplicación.

DÍA UBUNTU 3:
· Mmm… creo que lo único bueno que encontré este día fueron los juegos del sistema operativo… muy divertido el de la Generala…
· Intento instalar mi antena bluetooth… por supuesto que los drivers eran para Windows, por lo que debí buscar una aplicación a fin que haga las veces de programa sincronizador. Encontré dos, lo gracioso es que uno de ellos reconocía los aparatos a la vista pero no podía acceder a ellos, los dispositivos bluetooth que probé, muy confundidos, intentaban conectarse a la PC, podían verla, pero al enviar información fallaba la conexión. Con el otro programa directamente no fui capaz de que los dispositivos y la PC se vean.
· Me percato que el sistema operativo me pide permiso (es decir, debía ingresar la contraseña de usuario) hasta para cambiar el fondo de pantalla. Busco la opción (que seguramente existe) para tener menos seguridad… no la encuentro…
· El resultado que tuve con mi antena Bluetooth no logró desmoralizarme para intentar conectar mi PC a la televisión mediante un cable de S-Video… demás está decir que fue una pérdida de tiempo y paciencia.

DÍA UBUNTU 4:
· Decidí por el bien de mi salud anímica y mental no prender mi computadora.

DÍA UBUNTU 5:
· Decido hacer las paces con el Sistema Operativo, me siento frente al monitor y observo absorto el fondo de pantalla dorado, veo regados en el escritorio las decenas de archivos y paquetes que descargué en mi intento por hacer factible el uso de Ubuntu, le hablo, acaricio el teclado G15 cuya pantalla LCD jamás funcionó debido a que no existen controladores de Logitech para este dispositivo en Linux, se me cae una lagrima de nostalgia al ver en mi mouse la palabra “Microsoft”… la WebCam apunta a mi rostro, pero realmente no me importa porque se que nadie me observa… no pude hacerla funcionar en UBUNTU… en fin… suspiro y me digo a mi mismo: “Tengo que evolucionar, tengo que tratar” en ese mismo instante, sin hacer absolutamente nada, como una señal divina, ocurrió lo inesperado… una ventana se aparece en el centro de la pantalla que anunciaba un error en un juego (de los integrados en el SO), la ventana era muy similar a la que Windows muestra al ocurrir un error “Enviar-No Enviar”…
· Desinstalo UBUNTU y vuelvo a mi amado Windows.

DÍA UBUNTU 6:
· Hoy no hay café sobre el CD de UBUNTU, en realidad hay una fría cerveza alemana que transpira, comparto mi momento de festejo con el reencontrado Windows… todo anda… no hay gnomos ni clones… la pantalla de mi teclado me avisa que tengo un nuevo mensaje en HOTMAIL, con un clic abro el mensajero que me lleva a la casilla de correo… es un mail de UBUNTU dando gracias por enviar el error del día anterior, pero que ya había sido reportado por otros usuarios y que sería solucionado en una próxima versión…

Gracias Linux por ayudarme a evolucionar…
Gracias Microsoft por enseñarme que no toda evolución es para bien.

miércoles, 7 de febrero de 2007

Piratería ilegal… Robo legal

















El arte, en todas sus formas, le cuesta al artista tiempo, dinero, trabajo y hasta creatividad.
El arte terminado, le cuesta al comprador, dinero, más dinero y muchísimo más dinero.
Pongámonos en la piel de, por ejemplo, Diego Torres, cantante argentino de gran monta que ha vendido millones de discos en el mundo. Ahora bien, este muchacho de linaje artístico ha logrado comprar los corazones de muchas mujeres y sus canciones pueden ser escuchadas en las radios de todo el país. Si hasta el mismísimo Papa Juan Pablo Segundo solicitó un show para oír su mayor éxito.
Por cada presentación, centenares de marcas se disputan la preciada posición de sponsor oficial pagando a la franquicia “Diego Torres” grandes montos de dinero.
Nadie niega que esta estrella tenga la plata suficiente para comprarse aquello que desee.
Ahora pongámonos en la piel de la niña admiradora, ésa que tuvo su primera vez mientras escuchaba “Color Esperanza”. Es una chica de clase media argentina, ha ido a todos los recitales, siempre que ha podido pagar la entrada, y está a punto de comprar el nuevo disco de Diego Torres.
Muy emocionada lleva sus veinte pesos para conseguir el original en la casa más conocida de ventas… el paraíso de la melodía, el MUNDO de la MÚSICA.
Camino al shopping, un muchacho tirado en el suelo y rodeado de CD’s pirateados, le ofrece a nuestra amiga el disco que está a punto de comprar original. Ella, indiferente y conciente de la ilegalidad del hecho, sigue caminando.
Llega entonces al mundo de la música, allí se dirige hasta la góndola que ostenta la silueta de Diego Torres en cartón.
Otro cartel aún más grande y sobre la góndola dice: “¡¡8% de descuento!!”
Toma ansiosa el CD y ve en la tapa a su amado artista, una etiqueta dice el precio: “$29,43”. Rápidamente saca cuentas, aún con el 8% de descuento le faltaría dinero, pero luego ve otra etiqueta debajo de la del precio donde se lee: “Precio original: $31,99” y es cuando se percata que el descuento ya está considerado.
Sale decepcionada, casi llorando, en el camino encuentra al mismo muchacho. Con timidez pregunta cuánto cuesta el último disco de Diego Torres, a lo que el pibe responde: “cinco pesitos señorita”, esta vez, compra el CD pirateado… llega a su casa y puede escucharlo.
Mientras esto ocurría, Diego Torres disfrutaba de un daiquiri doble en las playas de Miami.
Después están los apasionados del séptimo arte a los que les fascina ir al cine… ir al cine, ver las películas que se estrenan en cartelera y tratar de conseguirlas pirateadas, porque es imposible pagar 15 pesos para ver una película cuando hace algunos años bastaba con 3.
¿Por qué nadie se queja cuando alguien compra la réplica a bajo precio de un Monet o un Picasso?
Nuestra primera opción para todo es siempre adquirir lo original, pero cuando lo original pretende aprovecharse de nuestra billetera, no queda más que caer en la piratería.
¿Cuál es la solución? Cobrar por los productos el precio REAL de éstos y no los exorbitantes valores que intentan manejar las disquerías, distribuidores de software y franquicias de salas cinematográficas. Porque convengamos que a la disquería le sale centavos adquirir, estampar y grabar un CD, lo mismo con el software. Y el cine, ¡Por Dios! ¿Hicieron la cuenta de cuánto ganan por función? ¡Con solo el estreno de una película la sala amortiza el costo anual de mantenimiento del lugar!
La piratería lastima el arte con cada libro fotocopiado, pero la editorial asesina las ganas del comprador con los precios siderales.


"De pequeño quise tener un perro, pero mis padres eran pobres y sólo pudieron comprarme una hormiga." Woody Allen (1935-?) Actor, director y escritor estadounidense.

lunes, 5 de febrero de 2007

El que poco abarca, poco aprieta

Solía decir un tal Johann Christoph Friedrich von Schiller (Va un premio para quien sepa quién es): “La diversión es como un seguro, cuanto más viejo eres más te cuesta”. Hoy día se podría decir que la diversión es cara a cualquier edad y en cualquier género. Desde los exorbitantes precios de las entradas a los cines, teatros o espectáculos hasta un simple juego de mesa pasando por todas las gamas de herramientas para la diversión, están siendo víctimas de subas siderales en sus valores monetarios.
Antes era más fácil, si eras un ciudadano romano ibas gratis al coliseo, te descostillabas de risa mientras mataban a un pobre hombre en la arena y a manos de un león hambriento y, encima de todo, el mismísimo César te regalaba pan.
Pero tampoco hay que remontarse tanto en el tiempo para encontrar la diversión económica. Cuando chico solía jugar a las cartas… no, no hablo del solitario de Windows, “las cartas” también llamados “naipes” son unos cuadrados de cartón con símbolos y números impresos que sirven para la diversión… ¿A qué viene la aclaración? A la siempre presente tecnología que nos hace olvidar los orígenes de nuestra alegría más sana.
Tenía once o doce años cuando fui uno de los primeros (sino el primero) de los argentinos en disfrutar de una Sega Genesis… ¡Qué tiempos aquellos! Cuando la Family Game y sus 8 bits nos deslumbraba yo ya tenía 16 para alardear.
Esta modernísima consola de video juegos me la hubo traído mi madre de EEUU como compensación por haber aprobado todas las materias que me había llevado a marzo en el colegio primario (matemática, lengua, ciencias elementales básicas y estudios sociales… vaya si me la merecía).
Esta negra y bella amalgama de plásticos y transistores me dio las horas más felices de mi infancia, reemplazando con sus coloridos y ruidosos juegos al pobre Príncipe de Persia y sus monótonos sonidos.
Claro estaba que con el tiempo pasaría la moda, pero nadie quita que fui la envidia de mis compañeritos (y nuevos amigos interesados más en mi capital de diversión que en mi amistad).
Un día mi papá llegó a casa con una flamante Pentium 166 Mhz… y pronto cambié mi amor por juegos más modernos y vistosos.
Siendo que no conseguía un “cartucho” Duke Nuken para mi Sega, tuve a bien conseguirlo para mi PC. Así y de a poco la legendaria y, alguna vez, centro de mi atención consola pasó a llenarse de polvo mientras descansaba de mi anterior frenético uso.
Después aparecieron las Sony Playstation 1, modernísimas consolas que superaban en gráficos y velocidad a mi pasada de moda PC, entonces… y ya bastante grandecito para esto… le pedí al barbudo de navidad una de esas. En su lugar (vaya uno a saber porqué, quizás me porté demasiado bien ese año) conseguí una flamante Pentium II con todos los accesorios imaginados para la diversión, por lo que pronto olvidé a Sony y sus esfuerzos por sacarme una cosmica cantidad de dinero por su consola.
Para cuando salió la Playstation 2 debo admitir que fue una tentación adquirirla, sobretodo porque repentinamente se había convertido en moda tener una de esas. Pero, como mi papá siempre quiso estar en la vanguardia, me deslindó la tarea de jugar con una resplandeciente Pentium 4 que, en conjunto con una conexión de banda ancha, se convirtió rápidamente en mi herramienta de distracción y también de trabajo.
Sin embargo, aunque ajeno al bum, las consolas pasaban de ser una moda a un mercado.
Hoy día todas las marcas tienen su competidora, Sony lanzó la Playstation 3, Nintendo la Wii y hasta Microsoft la XBox 360.
En esta época de nuevas diversiones, pude comprar (ya no pidiendo sino sudando) una PC de última generación, que no solo me sirve para jugar a los más modernos juegos sino también me da la posibilidad de editar mis videos caseros, ver películas, escuchar música… en fin, toda la diversión en un reducido conjunto de componentes digitales.
Como no podía ser de otra manera, mi Némesis informático, Don Martín Hagelstrom, cree que las consolas son los dispositivos por excelencia para la diversión y, aunque mi experiencia me dice que un buen hardware acompañado de un SO compatible es superior a cualquier cosa, él insiste en demostrar que, para jugar, es mejor una consola.
Se alargó el blog, pero no puedo irme sin hacer referencia a la frase de un conocido filósofo y ensayista español, Don José Ortega y Gasset (ése si deben conocerlo), quien dijo: “Dime cómo te diviertes y te diré quién eres”… Si usás una PC es porque tenés un buen hardware y un SO compatible con juegos que, en conjunto, vale más o menos lo mismo que una consola. Si usás una consola, no tenés un buen hardware o, lo que es peor, no disponés de un SO del todo compatible.

domingo, 28 de enero de 2007

Cuadrado, feo, asqueroso

Lo curioso de la vida es que pareciera ser una suerte de ida y vuelta constante, hablo de aquellas situaciones que se repiten como si de un capítulo de Los Simpsons se tratara…
No soy la excepción, porque mi pasado está plagado de presente… Sin ir más lejos hoy me encontré con mi primer amor.
Esa fue la parte filosófica, ahora la parte tecnológica.
Esta señorita de la que hablo, cuyo nombre no divulgaré en aras de proteger su identidad de amantes Linuxeros, adquirió, no hace mucho tiempo, una computadora con la idea de dejar atrás los gastos mensuales de Cyber.
En fin, después de casi un año de no verle la cara, fui a su casa a visitarle y me encontré con su nueva PC, de esas prearmadas que venden en Frávega y ostentando la franquicia de Comodore.
Si hay algo que puedo recordar de esta mujer es su repulsión a la computadora… quizás producto de mi amor incondicional al circuito integrado. Como sea, me sorpredió el verla desempeñarse como toda una profesional frente a un Windows XP muy personalizado.
De ella salió la historia que le dio origen a su capacidad informática:
“La máquina me vino con Linux…” Eso lo decía todo… aún cuando las mujeres tienden a hablar de cosas superficiales, esa frase parecía sacada de la mismísima alma de la pobre cristiana.
“Inmediatamente cambié a Windows”… Aquí interrumpí recordando a mi amigo Martín y nuestras frecuentes discusiones sobre el “User Friendly” de los SO Linux. Mi pregunta fue clara: ¿Probaste el Linux antes de desinstalarlo?
“¡Por supuesto!” a lo que le siguió otra interrogante de mi parte: ¿Qué fue lo que te hizo querer desinstalar Linux e instalar Windows? Aquí desaté la furia contenida, me tomé la libertad de escribir, frente a sus ojos, toda confesión que ella pronunciaba:

“Es cuadrado… ¡feo!... ASQUEROSO”
“Quise cambiar el gris horrendo del fondo y todo me desmotivaba”
“Mi impresora (HP) no la reconocía”
“Tenía un Messenger re-feo”
“Escribí esto porque es re-sentido: Me compré mi primer PC para ingresar a la modernidad y cuando abrí Linux sentí que estaba en los 80”

Y terminó con una frase que aún me ronda en la cabeza: “El XP te da la sensación de nuevo siempre”…
A menudo la vida nos hace volver a las cosas que queremos, es cierto, pero estoy seguro que esta chica jamás querrá volver a ver un Linux en lo que le queda de su existencia.

miércoles, 24 de enero de 2007

El Mesías del GNU

Corría el año 1983, el caluroso día 24 de Enero se había hecho presente con una temperatura que rondaba los 30° Centígrados. Para un niño argentino éste iba a ser un día especial, de hecho, iba a ser su primer día de existencia.
Pero ese año no sería el primero solo para este muchacho, hacía apenas 23 días atrás (primero de Enero de 1983) la Red de Redes nacía tal como la conocemos hoy día. Y fue así que mientras se gestaba un tal Martín, Internet veía la luz, se pasó del protocolo Network Control Protocol (NCP) al Transmission Control Protocol and Internet Protocol (TCP/IP).
Se ha dado la sorprendente casualidad que muchos de los acontecimientos tecnológicos más importantes tienen relación con la fecha en que este muchacho decidió llegar al mundo.
Con tan solo ocho meses entre los mortales, Martín fue testigo mudo e ingenuo de un anuncio que más tarde cambiaría el mundo. El 27 de Septiembre de 1983, Richard Stallman informaba públicamente un proyecto que atacaría las políticas capitalistas de la informática, se lo llamó: “Proyecto GNU”.
El campo de la ciencia ya daba paso a un luchador de los ideales libres, Martín Hagelstrom se veía afectado por la licencia GNU sin saber siquiera pronunciar el nombre de su madre.
En su primer cumpleaños, el 24 de enero de 1984, el niño escuchaba por la televisión palabras que no entendía, aunque se quedó impávido mientras Ridley Scott de Apple Computer presentaba su ordenador Macintosh. El anuncio en televisión fue emitido a nivel nacional solo en una ocasión, apenas dos días antes, el 22 de enero de 1984, durante el descanso de la final de la SuperBowl. (
video youtube.com).
Con tan solo 3 años y, también en su cumpleaños, el 24 de enero de 1986, se encontró el que algunas fuentes consideran el primer virus informático replicándose entre computadoras a través de disquetes.
Para 1991, un Martín de casi 9 años de edad fue partícipe intrínseco pero ajeno de un anuncio que cambiaría el mundo. El 25 de Agosto de ese año, Linus Torvalds envió al grupo de noticias de USENET comp.os.minix su mensaje anunciando el desarrollo de un sistema operativo libre basado en minix, que más tarde se convertiría en Linux.
Aquí un punto y aparte en la vida del argento representante de la tecnología, sin saberlo, se acababa de anunciar el lanzamiento de un producto que afianzaría aún más sus ideales.
El 15 de Enero de 2001, cercano a la celebración de su cumpleaños, Martín se enteró por algún buscador que alguien en el mundo ponía online una enciclopedia gratuita en Internet, Wikipedia se creaba a los ojos de nuestro protagonista.
Irónicamente, un hombre con tanta conexión tecnológica como era Martín, no se dedicó a estudiar las complejas pero apasionantes ciencias informáticas, por el contrario le interesó más todo lo relacionado con la administración de empresas… y se dice irónico porque el insigne en libertad de software estudia, como si de sarcasmo del Halo se tratara, la manera de vender productos y ser exitoso en ese campo.
La leyenda cuanta que hoy Martín trabaja en una gigantesca multinacional informática, representante del capitalismo y de todo aquello que él, subliminalmente, detesta.
Sin embargo siguen pasando cosas extrañas para la historia de la tecnología en torno al mes de enero y el día 24… Quizás Hagelstrom sea el Mesías del Software Libre, tal vez algún día explote su capacidad de aportar a la humanidad con algún sistema gratuito.
Termina uno por preguntarse: ¿Qué ocurrirá el 24 de Enero del año que viene? ¿Qué pasará hoy en el mundo de la informática?

Dedicado a mi Némesis informático, el desdentado hijo del Pingüino, Martín Hagelstrom; de su amigo y compañero, Juan Pablo.
Feliz cumpleaños Internet, feliz cumpleaños Macintosh, Feliz cumpleaños Tincho.

lunes, 22 de enero de 2007

La eterna lucha













Si tienen tiempo y algo de conocimientos en Inglés, pueden entrar a este link: http://www.microsoft.com/windowsserver/facts/default.mspx

Básicamente es un sitio que compara Windows con Linux en muchos aspecto (Cabe aclarar que, como bien atestigua la URL, es un sitio de Microsoft). Contiene algunas referencias a clientes de MS y casos de éxitos en la elección de Windows por sobre Linux.

Y si el tiempo todavía es benevolente para con su vida, no deje de leer esta nota, también de MS, totalmente en español:
http://www.microsoft.com/spanish/msdn/comunidad/mtj.net/voices/art184.asp

Esto es como un respiro que se da MS ante la gran “Cruzada anti-Windows” que generaron los simpatizantes de Linux. Una respuesta clara y concisa que intenta desmentir algunas de las supuestamente importantes “ventajas” que conlleva adoptar Linux como SO en una organización.
Por supuesto sería redundar el que describa aquí todas estas refutaciones a las que el sitio hace referencia, basta decir que sería interesante que el usuario promedio de cualquier sistema operativo se informe de todas las fuentes antes de elegir.

En el caso de Linux existen cientos de sitios de este estilo, basta con que pongan “Linux vs Windows” en Google…
Así se puede notar una cierta inclinación en la balanza, con centenares de sitios que hablan sobre la supuesta primacía de Linux y tan pocos sobre la de MS… No importa cuál tenga razón o si alguno de los dos (o los dos) mienten, como sea, Windows sigue liderando el mercado.